Evolución, desarrollo y visión de la universidad virtual
09/08/2004 | Fuente: http://www.aefol.com
| Autor: Admin Aefol
Ya es posible estudiar una carrera completa por Internet. Pero los estudiantes que eligen este camino siguen siendo una minoría, y muchas empresas no se acaban de fiar de los diplomas virtuales a la hora de contratar empleados.
Desde que en 1999 la Jones International University de Denver, en Colorado, se convirtiera en la primera universidad totalmente virtual acreditada en Estados Unidos, han surgido más de 350 universidades que ofrecen estudios on-line de licenciatura, postgrado e incluso de doctorado. En un principio, los centros más prestigiosos del país se mantuvieron al margen del fenómeno, estimando que nada podía reemplazar el intercambio cara a cara entre alumnos y profesores. Pero ante el riesgo de quedarse anticuadas, y al comprobar lo lucrativo que resulta matricular a estudiantes a los que apenas hay que proporcionar servicios de apoyo, la mayoría de universidades se están apresurando a ofrecer todo tipo de cursos on-line.
En España, la Universidad Nacional de Educación a Distancia inaugura este año un programa llamado CiberUNED que ofrece todo tipo de cursos por Internet. Según la International Data Corporation, una empresa de análisis de la industria de Internet, para el año 2002 el 84% de los centros de estudios superiores ofrecerán cursos a distancia. Incluso ya existe una Asociación Mundial de Enseñanza On-line, con sede en California, que ofrece información para profesores que imparten clases virtuales.
El negocio de la educación a distancia, del cual Internet forma parte, ya mueve 6.000 millones de dólares al año. Para las universidades, que sufren de una falta crónica de fondos, la educación por Internet supone un aumento importante de los ingresos por matriculación, pero sin los gastos de mantenimiento de aulas, salas de estudio, gimnasios, etc. Otro gasto significativo tradicional que puede desaparecer es el mantenimiento del personal facultativo, un desembolso que supone hasta un 90% del presupuesto anual de muchas universidades.
"El capitalismo de mercado es la fuerza que está empujando el desarrollo de las universidades en la Red"
Así pues, según Michael Margolis, profesor en la Universidad de Cincinnati y autor de un ensayo llamado "Brave New Universities", la eliminación de clases impartidas en aulas físicas supone un ahorro importantísimo, puesto que permite tener un mayor número de estudiantes con menos profesores y menos infraestructura. Otra industria que se ve beneficiada por esta nueva tendencia es la de las empresas de software educativo. Se estima que la demanda mundial de software y servicios de enseñanza virtual supondrá 10.000 millones de dólares para el año 2002. "El capitalismo de mercado, y no Internet en sí, es la fuerza que está empujando el desarrollo de las universidades en la Red", afirma Margolis.
En consecuencia, no sólo están surgiendo universidades enteramente virtuales, sino que las tradicionales también se están subiendo al carro de Internet. La Columbia University, una de las universidades más prestigiosas del país, anunció para principios del 2001 un programa de cursos por Internet en materias diversas como inglés, economía y psicología. Este programa, se jacta la universidad, "es el ejemplo más reciente del liderazgo de la Columbia en el campo de la universidad en la Red". Y a finales de noviembre, la Harvard University y la Stanford University, otras dos grandes universidades que ya ofrecen varios cursos on-line, anunciaron que explorarían conjuntamente la posibilidad de ofrecer un programa por Internet de gestión de empresas. "La demanda mundial de conocimientos de gestión nunca ha sido mayor que ahora, y la necesidad de adoptar técnicas innovadoras de enseñanza es apremiante", asegura Robert Joss, decano de la Stanford Business School.
El 61% de las empresas no creen que los diplomas virtuales sean tan válidos
como los tradicionales
Para los alumnos, estudiar por Internet tiene la peculiaridad de no atarles a un horario o a un lugar específico. Además, la posibilidad de estudiar en los centros más prestigiosos del país sin tener que estar allí físicamente puede estimular a más de uno a perfeccionar su formación académica. La empresa eCollege, que ofrece una base de datos de cursos on-line en todo el país, publica comentarios de alumnos satisfechos con este tipo de estudios. "Tengo tres niños pequeños y un trabajo a tiempo completo", explica Glenn Wallace, estudiante virtual de la Universidad de Colorado. "Mi esposa y yo estamos consiguiendo nuestras licenciaturas simultáneamente, así que la posibilidad de estudiar desde casa nos ayuda mucho".
Internet abre la posibilidad de una educación continua a lo largo de toda la vida. Pero la autodisciplina necesaria para llevar a cabo este tipo de cursos puede ser demasiado para la gente joven recién salida de los estudios de secundaria. Además, para muchos jóvenes estadounidenses, vivir en un campus, rodeado de amigos y lejos del hogar familiar, supone un rito casi sagrado, una aventura que muchos no cambiarían por nada.
Aunque estudiar virtualmente también puede convertirse en una aventura, o más bien en una odisea, si no se elige con cuidado... En Estados Unidos no hay ley que obligue a un centro educativo a poseer una licencia estatal o regional que certifique su calidad de enseñanza. Muchas de las universidades on-line no tienen esta licencia, y los alumnos que se matriculan en ellas se arriesgan a que, a la hora de buscar trabajo, las empresas no se fíen de sus diplomas. Y aun cuando el diploma haya sido otorgado por una universidad reconocida, muchos directores de recursos humanos todavía lo consideran sospechoso. Una encuesta reciente llevada a cabo por Vault.com, una popular página web de búsqueda de empleo en EE.UU., arroja que el 61% de las empresas creen que los diplomas virtuales no son tan válidos como los tradicionales.
Todavía queda camino por recorrer antes de que la educación on-line reciba un
voto de confianza
"¿Diplomas de universidades virtuales? Eso es como el salvaje Oeste: una nueva frontera", aseguraba recientemente a la publicación ZDNet el vicepresidente de formación y desarrollo de Snelling, una empresa de recursos humanos. "De momento no hemos visto demasiados candidatos con diplomas virtuales, pero no tardarán en llegar", dice Bill Weinhoff. Para él, lo más probable es que poco a poco vayan surgiendo nuevos organismos gubernamentales dedicados a certificar y dar fe de la calidad de estos centros virtuales de enseñanza, para evitar que la gente tenga un papel inservible tras varios años de estudio. Y el problema trasciende las fronteras estadounidenses, pues cabe la posibilidad de que alumnos de otros países se matriculen en universidades virtuales norteamericanas y luego tengan problemas a la hora de convalidar dichos estudios en su propio país.
Así pues, todavía queda camino por recorrer antes de que la educación on-line reciba un voto de confianza. Pero quizás el simple hecho de que este año, por primera vez, una importante empresa de cazatalentos haya llevado a cabo una encuesta sobre diplomas virtuales, ya dice bastante sobre la importancia creciente que este tipo de educación va a cobrar en pocos años.
Desde que en 1999 la Jones International University de Denver, en Colorado, se convirtiera en la primera universidad totalmente virtual acreditada en Estados Unidos, han surgido más de 350 universidades que ofrecen estudios on-line de licenciatura, postgrado e incluso de doctorado. En un principio, los centros más prestigiosos del país se mantuvieron al margen del fenómeno, estimando que nada podía reemplazar el intercambio cara a cara entre alumnos y profesores. Pero ante el riesgo de quedarse anticuadas, y al comprobar lo lucrativo que resulta matricular a estudiantes a los que apenas hay que proporcionar servicios de apoyo, la mayoría de universidades se están apresurando a ofrecer todo tipo de cursos on-line.
En España, la Universidad Nacional de Educación a Distancia inaugura este año un programa llamado CiberUNED que ofrece todo tipo de cursos por Internet. Según la International Data Corporation, una empresa de análisis de la industria de Internet, para el año 2002 el 84% de los centros de estudios superiores ofrecerán cursos a distancia. Incluso ya existe una Asociación Mundial de Enseñanza On-line, con sede en California, que ofrece información para profesores que imparten clases virtuales.
El negocio de la educación a distancia, del cual Internet forma parte, ya mueve 6.000 millones de dólares al año. Para las universidades, que sufren de una falta crónica de fondos, la educación por Internet supone un aumento importante de los ingresos por matriculación, pero sin los gastos de mantenimiento de aulas, salas de estudio, gimnasios, etc. Otro gasto significativo tradicional que puede desaparecer es el mantenimiento del personal facultativo, un desembolso que supone hasta un 90% del presupuesto anual de muchas universidades.
"El capitalismo de mercado es la fuerza que está empujando el desarrollo de las universidades en la Red"
Así pues, según Michael Margolis, profesor en la Universidad de Cincinnati y autor de un ensayo llamado "Brave New Universities", la eliminación de clases impartidas en aulas físicas supone un ahorro importantísimo, puesto que permite tener un mayor número de estudiantes con menos profesores y menos infraestructura. Otra industria que se ve beneficiada por esta nueva tendencia es la de las empresas de software educativo. Se estima que la demanda mundial de software y servicios de enseñanza virtual supondrá 10.000 millones de dólares para el año 2002. "El capitalismo de mercado, y no Internet en sí, es la fuerza que está empujando el desarrollo de las universidades en la Red", afirma Margolis.
En consecuencia, no sólo están surgiendo universidades enteramente virtuales, sino que las tradicionales también se están subiendo al carro de Internet. La Columbia University, una de las universidades más prestigiosas del país, anunció para principios del 2001 un programa de cursos por Internet en materias diversas como inglés, economía y psicología. Este programa, se jacta la universidad, "es el ejemplo más reciente del liderazgo de la Columbia en el campo de la universidad en la Red". Y a finales de noviembre, la Harvard University y la Stanford University, otras dos grandes universidades que ya ofrecen varios cursos on-line, anunciaron que explorarían conjuntamente la posibilidad de ofrecer un programa por Internet de gestión de empresas. "La demanda mundial de conocimientos de gestión nunca ha sido mayor que ahora, y la necesidad de adoptar técnicas innovadoras de enseñanza es apremiante", asegura Robert Joss, decano de la Stanford Business School.
El 61% de las empresas no creen que los diplomas virtuales sean tan válidos
como los tradicionales
Para los alumnos, estudiar por Internet tiene la peculiaridad de no atarles a un horario o a un lugar específico. Además, la posibilidad de estudiar en los centros más prestigiosos del país sin tener que estar allí físicamente puede estimular a más de uno a perfeccionar su formación académica. La empresa eCollege, que ofrece una base de datos de cursos on-line en todo el país, publica comentarios de alumnos satisfechos con este tipo de estudios. "Tengo tres niños pequeños y un trabajo a tiempo completo", explica Glenn Wallace, estudiante virtual de la Universidad de Colorado. "Mi esposa y yo estamos consiguiendo nuestras licenciaturas simultáneamente, así que la posibilidad de estudiar desde casa nos ayuda mucho".
Internet abre la posibilidad de una educación continua a lo largo de toda la vida. Pero la autodisciplina necesaria para llevar a cabo este tipo de cursos puede ser demasiado para la gente joven recién salida de los estudios de secundaria. Además, para muchos jóvenes estadounidenses, vivir en un campus, rodeado de amigos y lejos del hogar familiar, supone un rito casi sagrado, una aventura que muchos no cambiarían por nada.
Aunque estudiar virtualmente también puede convertirse en una aventura, o más bien en una odisea, si no se elige con cuidado... En Estados Unidos no hay ley que obligue a un centro educativo a poseer una licencia estatal o regional que certifique su calidad de enseñanza. Muchas de las universidades on-line no tienen esta licencia, y los alumnos que se matriculan en ellas se arriesgan a que, a la hora de buscar trabajo, las empresas no se fíen de sus diplomas. Y aun cuando el diploma haya sido otorgado por una universidad reconocida, muchos directores de recursos humanos todavía lo consideran sospechoso. Una encuesta reciente llevada a cabo por Vault.com, una popular página web de búsqueda de empleo en EE.UU., arroja que el 61% de las empresas creen que los diplomas virtuales no son tan válidos como los tradicionales.
Todavía queda camino por recorrer antes de que la educación on-line reciba un
voto de confianza
"¿Diplomas de universidades virtuales? Eso es como el salvaje Oeste: una nueva frontera", aseguraba recientemente a la publicación ZDNet el vicepresidente de formación y desarrollo de Snelling, una empresa de recursos humanos. "De momento no hemos visto demasiados candidatos con diplomas virtuales, pero no tardarán en llegar", dice Bill Weinhoff. Para él, lo más probable es que poco a poco vayan surgiendo nuevos organismos gubernamentales dedicados a certificar y dar fe de la calidad de estos centros virtuales de enseñanza, para evitar que la gente tenga un papel inservible tras varios años de estudio. Y el problema trasciende las fronteras estadounidenses, pues cabe la posibilidad de que alumnos de otros países se matriculen en universidades virtuales norteamericanas y luego tengan problemas a la hora de convalidar dichos estudios en su propio país.
Así pues, todavía queda camino por recorrer antes de que la educación on-line reciba un voto de confianza. Pero quizás el simple hecho de que este año, por primera vez, una importante empresa de cazatalentos haya llevado a cabo una encuesta sobre diplomas virtuales, ya dice bastante sobre la importancia creciente que este tipo de educación va a cobrar en pocos años.
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